Las reacciones violentas no aparecen de forma imprevista, sino que forman parte de un largo proceso que acaba en una pirámide de violencia sin retorno y que lleva la un ciclo muy difícil de parar.
Este ciclo tiene tres fases, que se reiteran cada cierto tiempo, intercalando períodos de violencia con períodos de afectos y arrepentimientos, pero donde cada vez son más frecuentes los momentos de agresión y menos los de arrepentimiento.
1. Fase de Tensión.
2. Fase de Agresión.
3. Fase de Arrepentimiento.
¡Tu puedes darle la vuelta a esta situación!
- El maltratador intimida, arremete física y psíquicamente. Es un delincuente peligroso y no podemos justificarlo ni encubrirlo.
- El alcohol, el paro o las insatisfacciones personales no justifican el ejercicio de la violencia contra las mujeres.
- No esperes a que él “cambie”. No consientas otra bofetada, otro insulto, otra paliza...
- Tu no eres culpable, nadie merece que la maltraten. No hay justificación posible para los comportamientos violentos.
Recuerda
- Quien maltrata tiene un grave problema que le impide vivir en pareja.
- La condescendencia y la pasividad no ayudan a solucionar este problema que, en lugar de desaparecer, cada vez será más frecuente y peligroso.
Detente y piensa
- No confundas los comportamientos posesivos con “Amor”.
- La ausencia de buen trato y los comportamientos violentos no son muestras de respeto ni de cariño.