Su construcción fue promovida por Enrique Mülder Palmer y consta de planta baja y tres pisos. Es una de las obras con carácter más modernista del arquitecto Gómez Román aunque también presenta influencias eclécticas, vienesas y belgas.

Los elementos más destacados son el chaflán -con formas curvadas y acabado con una cúpula- y la fachada de Montero Ríos, en la que se aprecian dos cuerpos más adelantados y con elementos curvos y un hermoso balcón corrido en la primera planta. En esta fachada se puede observar también un gran arco carpanel, apoyado en pilares que enmarca el amplio vano de la planta baja. Toda la fachada está hecha en cantería.

En cuanto a la decoración, aparece siempre subordinada a la arquitectura o inscrita en formas geométricas, y aparece sobre todo en las falsas claves de los arcos de los vanos y debajo de los balcones.

La mayor novedad, en cuanto a materiales constructivos, es la utilización de la cerámica en las fachadas, sobre todo bajo la balconada del primer piso, en la que aparecen seres mitológicos enmarcados en óvalos azules y rodeados de guirnaldas y en la cúpula recubierta de pequeñas losas de color cobrizo.